La OMS publica un nuevo compendio de tecnologías sanitarias innovadoras para COVID-19 y otras enfermedades prioritarias

02-09-2021

La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la necesidad de tecnologías sanitarias innovadoras que puedan ayudar a los países a mejorar los resultados sanitarios proporcionando atajos a las soluciones a pesar de la falta de infraestructura y recursos. Sin embargo, muchas de las nuevas tecnologías que han llegado al mercado son inasequibles o inadecuadas para los países de ingresos bajos y medianos.

Para asegurar que todos los países se beneficien de la innovación en salud, la OMS ha compilado un compendio de 24 nuevas tecnologías que pueden usarse en entornos de bajos recursos.

“Las tecnologías innovadoras están acelerando el acceso a la atención médica en todas partes, pero debemos asegurarnos de que estén fácilmente disponibles en todos los establecimientos de salud, a precios razonables y con calidad garantizada”, dijo la Dra. Mariângela Simão, Subdirectora General de Acceso a Productos Sanitarios de la OMS. "La OMS seguirá trabajando con los gobiernos, los financiadores y los fabricantes para promover el suministro sostenible de estas herramientas durante y más allá de la emergencia de COVID".

El objetivo principal del compendio era seleccionar y evaluar tecnologías que puedan tener un impacto inmediato y futuro en la preparación y respuesta al COVID-19, mejorar potencialmente los resultados de salud y la calidad de vida, y / u ofrecer una solución a una necesidad médica insatisfecha. 15 de estas tecnologías ya están disponibles comercialmente en los países, mientras que el resto aún se encuentran en la etapa de prototipo.

El compendio incluye elementos simples que van desde un aditivo blanqueador coloreado, que permite a simple vista identificar superficies y objetos no esterilizados, hasta equipos más complejos aunque fáciles de usar, como un sistema de monitoreo respiratorio portátil y ventiladores con una batería extendida que se puede utilizar donde la electricidad no está disponible o es inestable. La lista también incluye un centro de salud desplegable para emergencias decorado en un contenedor de envío.

Algunas de estas tecnologías ya están en uso y han demostrado su valor a través de programas piloto. Por ejemplo, el concentrador de oxígeno alimentado por energía solar ha sido muy eficaz en el tratamiento de la neumonía, que mata a 900.000 niños al año, en un hospital infantil regional en el estado de Galmudug en Somalia.

Los estudios han demostrado que el acceso confiable al oxígeno puede reducir las muertes infantiles por neumonía en un 35%. Dada la escasez de oxígeno en numerosos países, el concentrador es una herramienta fundamental en el tratamiento de pacientes con COVID hospitalizados.

La OMS ha estado evaluando tecnologías innovadoras durante los últimos 10 años, algunos de los productos seleccionados ahora abordan problemas de salud prioritarios en entornos de bajos recursos. Un ejemplo crítico es una aplicación de teléfono inteligente que permite al usuario registrar instantáneamente mediciones precisas de la presión arterial. Según un informe publicado por la OMS la semana pasada, el número de adultos de 30 a 79 años con hipertensión ha aumentado de 650 millones a 1,28 mil millones en los últimos treinta años y casi la mitad de estas personas no saben que tienen hipertensión.

Los teléfonos inteligentes están ampliamente disponibles, incluso en las áreas más remotas o en entornos de bajos recursos. La plataforma basada en software transforma los teléfonos inteligentes existentes en un dispositivo médico capaz de medir la presión arterial con precisión, sin necesidad de agregar ningún otro dispositivo o accesorio. La otra ventaja de la aplicación es que incluso en ausencia de un trabajador de la salud capacitado, los pacientes pueden autoexaminarse y controlar mejor su presión arterial.

El compendio proporciona una evaluación completa de las tecnologías, llevada a cabo por un grupo de expertos internacionales que trabajan con equipos técnicos de la OMS, sobre la base de: el cumplimiento de las especificaciones de la OMS en cuanto a rendimiento, calidad y seguridad; idoneidad en entornos de bajos recursos; asequibilidad; facilidad de uso; y estado de aprobación regulatoria. Esta información es vital para ayudar a los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los donantes a decidir qué productos adquirir.

Las conclusiones sobre la idoneidad de cada tecnología se comunica a través de un sencillo sistema de puntuación de semáforo, que indica si el producto es recomendado (para usar sin limitaciones conocidas); recomendado con precaución (Es posible que se hayan identificado limitaciones relacionadas con el mantenimiento y la necesidad de personal capacitado); o no recomendado (inapropiado, inseguro o inasequible).


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