El cólera es una infección diarreica aguda causada por comer o beber alimentos o agua contaminados con la bacteria Vibrio cholerae. El cólera sigue siendo una amenaza mundial para la salud pública y es un indicador de inequidad y falta de desarrollo social. Los investigadores han estimado que cada año hay entre 1,3 y 4,0 millones de casos de cólera y entre 21 000 y 143 000 muertes en todo el mundo debido a la infección.

La OMS insta a los líderes que asisten al 76º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) a garantizar el acceso equitativo a las vacunas COVID-19 y otras herramientas que salvan vidas; garantizar que el mundo esté mejor preparado para responder a futuras pandemias; y renovar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural que ocurre cuando las bacterias desarrollan la capacidad de derrotar a los medicamentos diseñados para matarlas. Los gérmenes cambian con el tiempo y ya no responden a los medicamentos, lo que hace que las infecciones sean más difíciles y, a veces, imposibles de tratar. Esto, a su vez, se traduce en mayores costos de atención médica tanto para las personas como para los gobiernos. “La prevención y el control de la resistencia a los antibióticos requiere un enfoque múltiple, uno de los cuales son las vacunas”, dice el Dr. Stanley Midzi, Asesor de Fortalecimiento de los Sistemas de Salud de la OMS.

Muchos países de ingresos bajos y medianos (PIBM) enfrentan un suministro inconsistente de vacunas de calidad garantizada y, por lo tanto, dependen de la importación para llenar los vacíos en el suministro. Se reconoce que la producción local puede mejorar el acceso oportuno y salvaguardar la seguridad sanitaria en los suministros de vacunas.